Hubo una vez un niño blanco que se perdió en la selva y se crio con una tribu distinta a la suya. Cuando creció se casó con una nativa de la tribu. Ocurrió que a una amiga de su mujer se le murió su marido, y aquella noche, al pensar en su amiga sola y desconsolada, le dijo a su marido: << Oye: me gustaría que fueses a consolar a mi amiga que está sola y como ya no tiene marido te acostases esta noche con ella >>. El marido que recordaba aspectos de su cultura, se negaba escandalizado, pero al final complació a su mujer. Cuando volvió por la mañana, la mujer le dijo gozosa:<< Ya sabía yo que eras un buen hombre y, por ello, ahora te quiero más porque eres compasivo y me siento orgullosa de ti >>. ¡Qué bella su cultura, pero qué difícil de entender, y aún más de imitar, por nosotros!
Publicado por Anthony de Mello
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